Las luces de un vehículo son la pieza fundamental para la seguridad activa
Las luces no solo nos despejan el camino, también avisan a los demás de qué lugar ocupamos en él. Pero poner las luces es más que girar el mando del alumbrado: a cada circunstancia corresponde un tipo de alumbrado. El conductor debe saber cómo interpretar las circunstancias, adecuar la velocidad y escoger el alumbrado en función de cada momento.
En cualquier caso, un alumbrado adecuado y en perfectas condiciones es imprescindible, ya que las luces del coche son decisivas en emergencias, inmovilizaciones en vías mal iluminadas, circulando por carreteras reviradas o dentro de un túnel.
Por ello, es crucial contar con un correcto alumbrado en cada momento, revisar todos los componentes de iluminación del vehículo (interiores y exteriores del mismo) y comprobar el reglaje de los faros. Con ello lo que conseguiremos es tener una mayor eficacia de visión, así como, evitaremos los deslumbramientos.
En caso de que nos deslumbren, sería conveniente que disminuya la velocidad de forma progresiva hasta incluso si fuese necesario llegar a detenerte el vehículo
Un buen y correcto mantenimiento de la iluminación nos permite ver y ser vistos por los demás coches y son la base de la comunicación con los demás conductores.
El color de las distintas luces está regulado por normas internacionales para que todos entendamos las distintas señales con las que os comunicamos en la carretera.
Luces diurnas:
Desde febrero de 2011 es obligatorio para los fabricantes de automóviles incluir faros de conducción diurna, que normalmente suelen ser de LED, debido a su mayor calidad que permite una mejor visibilidad y durabilidad..
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